El código era extremadamente cruel, Hammurabi castigaba con pena de muerte, que las mujeres entraran en una taberna, que los hombres dieran refugio a esclavos huidos o que las esposas abandonaran a su marido sin un buen motivo.
Las disputas entre ciudadanos de Babilonia se resolvían, obligando al acusado tirarse a río, si sobrevivía significaba que era inocente, entonces el acusador por levantar falso testimonio, se le condena con la pena de muerte.
Los escribas reales redactaron las leyes en un pilar de piedra negra consagrado al dios de la justicia, Hammurabi quería, que aunque acabase su reinado, las generaciones siguientes siguiesen respetando estas leyes y no gobernar por impulsos personales.
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